lunes, 10 de febrero de 2014

Delirios de bienestar

Noches en vela, sin guardián. Oscuros deseos, que necesito ahogar. Miro el reloj de la habitación suplicando que pare su rítmico tic-tac. No escucha mi voz y tampoco parece que vaya a parar. Suspiro amargada, por la enorme eternidad de mi cama. Blanda, silenciosa y blanca; como la muerte en volandas. Aparto la mirada, cansada y humillada.
Ya no estás; ¿por qué debo volver atrás? Historias escritas en piezas de papel quemadas y pisoteadas. Canallas, sufriréis la ira de mi corazón. Siento como mi sangre comienza a hervir, conquistando todos los huecos de mi áspera alma. No creo que alguna vez salga; pero al menos tengo libre la cama. La miro y no puedo evitar recordar; lo que en ella ocurrió. Caricias y susurros inundan mi memoria. Grito fuerte, sollozante. Te anhelo de una manera que soy incapaz de soportar. Mis alas se fueron con el único ángel que vi pasar.
La luz inunda la estancia. Me siento perdida y a la vez aliviada; al fin no hay oscuridad. Tu mano se alza frente a mí; matando las posibles dudas que podía albergar. No sé a dónde me llevas, pero mientras sea contigo no hay mal camino. Porque nada nos volverá a separar y porqué jamás volveré a llorar. Volemos con mis alas; hacia el olvido y el mañana.

1 comentario:

  1. Aunque hacía tiempo que no comentaba, por aquí sigo. Y vuelvo para decirte que te he nominado a los premios Liebster Awards.
    Pásate por mi blog si quieres enterarte de qué va la cosa.
    Un besazo :)

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